lunes, 24 de mayo de 2010

AL FINAL DE LA CARRETERA

Te busco en el final de esta larga carretera de tierra que me separa del mundo.
Contemplo el horizonte esperando que tu imagen se dibuje a lo lejos, que tus botas levanten el polvo del camino y que tu sonrisa, que siempre logra despertar la mía, se vaya definiendo a cada paso que te acerca más a mí.
Que decidas venir de nuevo a rescatarme, aunque no sea una princesa, para alejarme del marrón de mis días, de esta casa enorme y silenciosa, de estas horas que me arrastran lenta y dolorosamente hacia la desesperanza.
Que tu dulce voz repita lo de aquella cálida noche: "...Ven conmigo".
Esas dos palabras a las que no tuve el valor de aferrarme y que, ahora sí, serían el inicio de la más dulce historia de amor.
Podríamos huir a cualquier lugar donde acabar aquel beso interrumpido, aquel abrazo fugaz, aquella suave y húmeda caricia que me hizo entender la vida... 

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